Sé tú mismo.
Sé tú mismo y ocupa el espacio que te corresponde en el universo. No hay dos personas en el mundo exactamente iguales. Nos diferenciamos en todos los aspectos posibles: apariencia, personalidad, experiencias e influencias, entre otras cosas. Sin embargo, muchos de nosotros seguimos comparando nuestras vidas con las de los demás, incapaces de amar y respetar verdaderamente quiénes somos y nuestros propios tiempos.
Todos hemos escuchado el consejo "sé tú mismo y todo estará bien" en numerosas ocasiones. Cuando eres auténtico, atraes a las personas y oportunidades adecuadas a tu vida. Al permanecer fiel a ti mismo, te alineas con tu propósito en este mundo. Tu energía cambia, así de simple. Te das cuenta de que lo único que importa es tu autenticidad, la cual proviene de una conexión con el corazón.
La mayoría de nosotros no ocupamos el espacio que el universo tenía destinado para nosotros, principalmente porque no nos atrevemos a ser auténticos, no vemos nuestro potencial y no somos lo suficientemente valientes para brillar y volar.
Aprende a vivir contigo mismo. Ámate y acéptate tal como eres. El amor propio es fundamental para el autorretrato que pintarás una vez que descubras más colores.
Cuida tu salud física y mental, ya que necesitarás la fuerza de ambos para ser tu ser más genuino y salir de la rueda de hámster en la que vive la mayoría de la gente.
Dedica tiempo de calidad y tranquilidad para encontrar claridad y concentración. Si no aprendes a parar y buscar respuestas en tu interior, nunca podrás cambiar nada externamente.
Rodéate de personas que te ayuden a crecer: amigos, familiares, mentores, coaches, cualquier persona que te acompañe en este camino de evolución y crecimiento.
Exprésate. Utiliza cualquier método creativo que te guste: dibuja, pinta, canta, baila, escribe un poema, un libro o un discurso.
Cultiva tu felicidad haciendo más de lo que te trae alegría. Dedica tiempo a lo que te ilumina.
Toma las decisiones que consideres oportunas en cada momento, incluso si eso significa mudarte a otro país, no casarte nunca o cambiar de carrera justo antes de la jubilación. Nadie más va a vivir tu vida por ti, así que necesitas hacer que tu realidad sea funcional y atractiva para ti.
Atrévete a ser diferente. Usa tu individualidad vibrante como una fuerza para hacer el bien, aportar valor e inspirar a los demás. Se honesto contigo mismo, di lo que piensas, ve tras lo que quieres. Al descubrir y aceptar tu ser más auténtico, trasciendes el mundo material y te liberas, despojándote de lo no esencial, y te conviertes en dueño de tu vida.
Es importante entender que no a todo el mundo le van a gustar tus decisiones y eso está bien. Para ser tú mismo, debes desconectarte de todas las opiniones y demandas externas y enfocarte únicamente en lo que quieres. Terminarás con menos personas a tu alrededor, pero te quedarás con la certeza de que estás donde quieres estar. La necesidad de validación puede obstaculizar seriamente tu crecimiento interior.
Tu relación contigo mismo no tiene precio y nadie te la puede quitar. Tienes el poder de tomar tus propias decisiones. Ser uno mismo es la máxima libertad; no hay nada más enriquecedor que vivir en paz contigo mismo.
El mundo es hermoso cuando está unido en diversidad, no cuando está unido como una masa gris gigantesca que avanza sin pensar ni sentir.
Necesitamos personas que lideren con el ejemplo, que sean pioneras, que vivan su autenticidad sin disculpas y con determinación.
Tu vida es tu mensaje.
Un abrazo,
Nuria